“Rincones del alma es un ejercicio de introspección. Significa dejar de lado las prisas con las que vamos por la vida. Significa centrarnos en unos instantes muy especiales: los de vestirse de flamenca. Ese ratito que todas guardamos para nosotras, que nos dedicamos con cariño y esmero cuando cuidadosamente preparamos el traje y todos los complementos que lo acompañan y empezamos a encajarlo en nuestro cuerpo”, explican desde El Ajolí, la firma de Pepe Jiménez. Todo esto se refleja con mucho color sobre la pasarela, donde su colección 2020 se llena de tonos pasteles, sobresaliendo el lavanda y el lima. En las texturas, tejidos de gasa vaporosos, tules bordados, estampados florales muy dulces y lunares que son diseño propio de la casa. “Apostamos además por la comodidad de los talles altos porque queremos que las mujeres bailen y disfruten libres, sin ataduras”, añade Pepe Jiménez. En los complementos hay un especial protagonismo de la piel en distintos tonos y con remaches en algunos casos. “Va por todas nosotras. Va por nuestros momentos, por nuestros rincones del alma”, apuntan Susana y Begoña Jiménez, directoras creativas.
