Hace ya 13 años desde mi primera colección de flamenca, y pensé que podía ser un buen momento para dar las gracias a esas personas que de una manera u otra me ayudaron, me apoyaron y me acompañaron en buenos y malos momentos. Gracias a mi familia y mi marido puedo trabajar cada día en algo que, más que un trabajo, es una pasión.
Esta colección vuelve a tener un común denominador que aparece año tras año en mis colecciones: los estampados, grandes, pequeños, en colores pastel, tierra,… pero siempre con un guiño a los lunares.
Los tejidos utilizados son gasas, algodones, linos, punto y encajes, todos ellos tanto en vestidos como en mantones. El patronaje es muy cuidado, hay desde líneas rectas a volantes desiguales, escotes alto y mangas a la sisa, acompañadas de volantes.
Los ramilletes, que llevamos viendo en los últimos años, dan paso a las hortensias, las peonías y las rosas, todas ellas en diferentes tamaños.
Los complementos toman un gran protagonismo. Este año hemos introducido la porcelana, tanto en pendientes como en broches y coronas, sin dejar atrás otra colección de complementos pintados a mano.
Fotografías: © Rafael Manjavacas / Flamenco.moda
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